Con la cuarentena y la nueva normalidad, cada vez pasamos más tiempo en nuestras casas y, por lo tanto, toma más importancia que los lugares en los que estemos sean confortables, para trabajar, estudiar, pasar tiempo en familia, descansar, etc.
Los espacios confortables se dan cuando todo está en función de nuestros gustos y preferencias. Está claro que no a todos nos resulta más práctico la misma distribución, ni nos gustan los mismos colores, ni es más cómoda la misma silla, mucho menos, la misma temperatura.
Si bien hay condiciones generales de “confort térmico”, las cuales indican que una temperatura agradable es entre los 22ºC y los 25ºC, con una humedad relativa del 50%, es cierto que no todos nos sentimos más a gusto con la misma temperatura.
La climatización es sin dudas una de las claves para lograr el confort térmico en cualquier parte del mundo, pero sobre todo en países o ciudades donde los climas son extremos, como puede ser en países de Centro América. Es por esto que la implementación de la domótica en este aspecto, donde además permite sectorizar los diferentes espacios para ajustar la temperatura según los gustos y necesidades, toma importancia.
Por otro lado, la climatización también es una de las principales fuentes de consumo de energía, significando un 50% en viviendas y un 60% en oficinas, y por eso es importante tomar medidas previas a su implementación, desde medidas activas como pasivas.
Llamamos medidas pasivas a aquellas que se toman a la hora de diseñar un edificio. Desarrollamos este tema en artículos anteriores, como “Sistema Helios” y “Normas Leed”, pero principalmente estas medidas son; la elección de materiales con bajos coeficientes de transmitancia térmica, una buena distribución de los ambientes teniendo en cuenta las orientaciones y la implementación de protecciones solares, como el caso de los parasoles.
Los sistemas activos son los sistemas para la climatización. La elección de un sistema por sobre otro nos permitirá un mayor ahorro de energía.
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