El cuidado por el medio ambiente y el uso responsable de la energía y de los recursos naturales, cada vez se hace más necesario y toma más importancia. Esto hace que en nuestro sector, la construcción sustentable pise cada vez más fuerte y que se tomen decisiones teniendo esto en cuenta en cada etapa del proyecto, que luego dará como resultado una vivienda más o menos eficiente, energéticamente hablando.
Hoy en Argentina el sector residencial representa el 25% de la energía consumida nacionalmente, y un 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, de acuerdo a lo publicado en Infobae el pasado lunes 08 de junio. Esto significa que el sector residencial consume más energía que el sector industrial.
Estos números hacen que el gobierno piense en distintas formas de reducir el consumo. En este caso lo hace con un proyecto de ley nacional para que cada vivienda tenga una etiqueta que indique los requerimientos energéticos de las mismas, a modo de reflejo de las decisiones que se tomaron en la etapa constructiva.
Si bien en principio no sería de carácter obligatorio, sirve para que cada uno, al momento de construir, comprar o alquilar un inmueble, esté informado sobre sus prestaciones energéticas y pueda decidir si quiere mejorar la calificación de la misma o no. Luego, sería la decisión de cada jurisdicción si, mediante una norma provincial o municipal, exigirá la etiqueta en determinadas circunstancias, por ejemplo al momento de escriturar una vivienda, o si será de carácter opcional, posiblemente con algún incentivo para que cada uno decida implementarla o mejorar su calificación.
El autor del proyecto, el diputado nacional Maximiliano Ferraro, estableció la finalidad principal del mismo: “Hay que imaginarse que la etiqueta de eficiencia energética de la vivienda es un documento que muestra una foto del requerimiento de energía que tiene cada hogar para satisfacer sus necesidades de calefacción, refrigeración, calentamiento de agua, iluminación, etc., según la forma en que está construido y las instalaciones que tiene. Esto lo hace a través de una calificación que va de la A a la G., como las etiquetas que habitualmente vemos en los electrodomésticos, y la finalidad principal es la de informar al usuario y al Estado para el diseño de políticas públicas”.
Esta calificación se obtendría de acuerdo a distintos parámetros que incluirían desde las instalaciones para la calefacción, refrigeración e iluminación, como así la producción de energías renovables y el consumo de agua sanitaria, teniendo en consideración cuestiones constructivas que influyan en la ganancia o pérdida de calor como aislaciones, aberturas, orientaciones, tipos de revestimientos, cubiertas, solados, etc.
Fuente: https://www.infobae.com/sociedad/2020/06/08/promueven-el-etiquetado-energetico-de-las-viviendas-para-mejorar-la-eficiencia/
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